El rey Felipe ha querido enmarcar sus diez años en el trono, que se celebrarán el miércoles, con unas imágenes y un vídeo en el que se le ve en su despacho del Palacio de la Zarzuela. Un material gráfico, realizado por el equipo fotográfico y audiovisual de la Casa Real, en el que el monarca es el único protagonista y donde se ve cómo es su día a día en su lugar de trabajo, un espacio amplio, muy luminoso que antes ocupó su padre, el rey Juan Carlos, con las paredes forradas de madera y recuerdos y objetos cargados de significado. Analizamos las claves del despacho de Felipe VI.
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Una sala de aires clásicos
Como Rey, don Felipe trabaja en el mismo lugar que lo hizo su padre durante su reinado. Un despacho de aires clásicos donde predomina la madera y los muebles antiguos. Según se entra, a la derecha se encuentra el escritorio, una de las piezas más importantes y su silla de oficina con ruedas, dos sillas tapizadas en color claro para recibir a las visitas. Su mesa está cuajada de libros (hasta cuatro pilas) y también de recuerdos como una miniatura de la Copa del Mundo de Fútbol que España ganó en Sudáfrica en 2010, junto con otros trofeos y un bote con rotuladores. A don Felipe se le ve, bolígrafo en mano, revisando unos documentos. No faltan la bandera de España y de Europa a su izquierda y su guion, en color rojo carmesí, siguiendo la tradición de las monarquías españolas, con su escudo de armas. En una mesa auxiliar, cargada de más volúmenes y sobre ella, un reloj de pared.
Un despacho sin ordenador, pero con muchos libros
En su mesa de trabajo, el Rey no tiene ordenador, aunque en otras imágenes se le ve revisando su teléfono móvil apoyado sobre una mesa redonda desde la que hacía las videollamadas durante la pandemia. A don Felipe, quien en estos diez años como jefe de Estado ha pronunciado 742 discursos, le gusta llevar sus intervenciones en formato papel. En el vídeo de la Casa Real aparece escribiendo notas en unos papeles que parece repasar.
El Rey tiene muchos libros repartidos por toda la estancia de todo tipo y formato. Algunos parecen bastante antiguos y otros son cuadernos de trabajo, así como portafolios. Hay volúmenes en inglés y otros que versan sobre justicia o geopolítica. También destaca un ejemplar de gran tamaño de José Manuel García-Margallo, diputado del Parlamento Europeo y ministro de Asuntos Exteriores entre 2011 y 2016. Tampoco falta El Quijote de Cervantes, la obra culmen de la literatura escrita en castellano.
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Junto al gran ventanal, atesora un reloj de mesa de tipo cuadrado, toda una antigüedad que parece anterior a los relojes de maquinaria París, que se fabricaron desde el principio del siglo XVII y hasta principios del siglo XX. A esta pieza le rodean más libros apilados en varias columnas. Uno de ellos, es La Gran Ilusión de Michel Barnier, uno de los negociadores del Brexit y que trata sobre los entresijos de esta histórica salida del país como estado miembro de la Unión Europea.
El rincón militar y marino
Don Felipe reserva un rincón de su despacho con fotos y trofeos. Se trata de recuerdos de su paso por la Armada y de su pasión: la mar. Tiene imágenes de lo que parecen fragatas, una miniatura de un avión, diversos galardones y una bandera de España doblada y enmarcada. El Rey, además de jefe de Estado, tiene el empleo militar de capitán general del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, máximo rango que le corresponde en exclusiva como mando supremo de las Fuerzas Armadas. Al igual que su hija, antes de pasar por la Universidad se formó en las academias militares de Zaragoza, Marín y San Javier. Además, es piloto de helicóptero.
Sus fotos más familiares
En su mesa, don Felipe tiene un espacio dedicado a su familia. Una imagen enmarcada con sus hijas que corresponde al año 2012 y que se hizo con motivo de los 40 años de doña Letizia. Entonces, se encargó un excepcional y cuidado reportaje a la fotógrafa Cristina García Rodero, quien inmortalizó a los cuatro en diversos espacios de la Zarzuela. En ella se muestra como un padre orgulloso y feliz mientras una infanta Sofía de cinco años le abraza por la espalda y la princesa Leonor, quien entonces tenía seis años, se sienta sobre su regazo. Una tierna instantánea con ‘sus niñas’ a las que tiene muy presentes a diario, incluso cuando trata temas de Estado.
Junto a esta imagen hay otra familiar en la que también salen doña Letizia y sus hijas en el acto de entrega del premio al Pueblo Ejemplar de Asturias a Asiego. Se trata de una cita fija en el calendario de la Familia Real que se produce el día después de la entrega de los Premios Princesa de Asturias. En 2019 fue la primera vez que la heredera al trono presidió esta gala y quizá por eso, el Rey ha querido tener en su mesa el recuerdo de aquellos días inolvidables.
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En la estantería de su lugar de trabajo se adivinan dos imágenes de momentos históricos. Una del Congreso de los Diputados que bien podría ser del día de su proclamación hace ya una década y otra del saludo en el balcón del Palacio Real cuando en compañía de don Juan Carlos, doña Sofía, la princesa Leonor y la infanta Sofía, don Felipe y Letizia saludaron a la muchedumbre por primera vez como Reyes.
Los cuadros de dos Reyes Borbones y una obra de Dalí
El despacho de don Felipe es de planta rectangular y dos retratos de dos monarcas Borbones presiden cada extremo. Detrás de su mesa, lo hace un cuadro de Carlos III, un monarca que ha pasado a la Historia como El Político o el Mejor Alcalde de Madrid. Reinó un total de 54 años, 25 de ellos en Nápoles y 29 en España, y es considerado como uno de los grandes Reyes de nuestro país. Dotó a España de algunos símbolos de identidad como el himno y la bandera. Además, fue el creador de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, que destaca a las personas que han realizado buenas acciones en beneficio de España y la Corona. Don Felipe otorgó el pasado 31 de octubre a su hija mayor, con motivo de su mayoría de edad, el collar de esta Orden. La pintura que don Felipe ha elegido de su predecesor fue pintado en el siglo XVIII por el checo Anton Raphael Mengs y sustituyó a la que don Juan Carlos tenía del infante don Felipe de Borbón, futuro duque de Parma, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, obra de Jean Ranc.
Justo enfrente, otro cuadro de otro Rey, Alfonso XIII, bisabuelo de don Felipe, se coloca encima de la chimenea francesa forrada de madera. Se trata de una obra de Philip Alexius de Laszlo, un retratista anglo-húngaro, muy conocido por sus retratos de la realeza y aristocracia de finales del siglo XIX.
Además, a la entrada se observa una pintura de gran tamaño (de suelo a techo) titulada El Atleta Cósmico de Salvador Dalí que el creador de Figueras creó en 1968 por encargo de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes. La pintura representa el Estado español en la Olimpiada Cultural organizada con motivo de los Juegos Olímpicos de México de ese mismo año. El entonces vicepresidente del Comité Olímpico Español, Anselmo López Martín, compró la pintura y posteriormente la cedió en depósito al rey Juan Carlos. En 2008, cuatro años después de la muerte de López Martín, Patrimonio Nacional adquirió la obra.
Un despacho con vistas
El despacho del rey Felipe goza de una luz natural privilegiada. Un gran ventanal es el responsable de ello que ofrece unas vistas a los jardines de Palacio, cuyas vistas parecen gustar mucho al monarca, quien repasa sus notas y documentación mirando al bucólico paisaje. Los jardines de Zarzuela se encuentran ubicados en el Monte de El Pardo. Hay muchos árboles de gran envergadura, arbustos y zonas con césped, así como bancos para poder descansar y esculturas de gran tamaño de artistas contemporáneos que se ubican por sus terrenos. Los jardines de la Zarzuela han sido escenario de algunas felicitaciones navideñas por parte de la Familia Real y del sentido homenaje que los Reyes y sus hijas hicieron a finales de 2020 a los fallecidos por el coronavirus.
Un Rey sin chaqueta
En la parte final del vídeo se ve la imagen más relajada de un Rey que decide quitarse la chaqueta de su traje gris y se muestra en mangas de camisa con gemelos en los puños y sus iniciales, F. B., bordadas en la parte frontal. Es entonces cuando trastea con su teléfono móvil apoyado sobre una mesa redonda de madera y delante de un mapa de España. En este parte de su área de trabajo es donde realizó las videollamadas durante la pandemia y donde suele tener reuniones con sus colaboradores. En esta ocasión, la mesa tiene un sencillo centro floral y unas pequeñas bandejas plateadas.