Victoria Benavides

En tan sólo siete años, esta co-propietaria de una de las mejores bodegas de Europa ha alcanzado tal fama y reconocimiento, que ha concitado el interés de la prensa especializada más allá de nuestras fronteras. Pero su mayor triunfo ha sido que su labor se haya reconocido en un mundo tan díficil y normalmente 'gobernado' por los hombres como es el del vino.

La historia de Victoria Benavides viene de antes, cuando su bisabuelo, viticultor, le dejaba libros y recetas para acabar con la temida filoxera, considerada como la plaga más global, decisiva y devastadora para la viticultura mundial. A sus 43 años, ha tenido una perfecta formación en su ámbito profesional, de hecho, es Ingeniero Técnico Agrícola y Enóloga diplomada por la Escuela de Madrid y la de Burdeos, aunque muchos con los que trabaja a su alrededor le han llegado a preguntar "si controla de vinos", algo que le indigna y que le impulsa a trabajar más duramente todavía.

Al igual que ella, su socia y amiga Victoria Pariente era funcionaria de la Junta de Castilla-León, pero al morir el padre de ésta en 1998, José Pariente, dueño del conocido bar "España", tuvieron la posibilidad de poner en marcha una pequeña bodega en Rueda y estrenarse en el mercado vinícola con uno de los mejores blancos del país. Ese mismo año la revista Gourmet les concedió el premio al Mejor blanco de España, y sintieron la necesidad de elaborar tintos. En el 2000, tras muchos esfuerzos, consiguieron construir la bodega Dos Victorias, en Toro, apostando por la uva autóctona, la tinta de Toro, con la que finalmente han conseguido "un vino potente y una excelente expresión de la fruta varietal", según dicen los expertos, ocupando un lugar preferente en el ránking vinícola de nuestro país. Su filosofía está centrada en realizar producciones pequeñas y cuidadas, comprometidas con los valores tradicionales de las zonas vinícolas donde están ubicados su viñedos.

Es muy consciente de que siendo mujer no lo tiene nada fácil, su trabajo se ha convertido en una carrera de obstáculos y sabe que sus errores suponen más que si se tratara de un hombre.