Gonzalo Miró

Gonzalo Werther Miró Romero, más conocido como Gonzalo Miró, fue conocido desde que nació y estuvo rodeado de cámaras desde que era un niño, por lo que los focos, los micrófonos y los platós de televisión no eran algo extraño para él, quien, irremediablemente se acabó contagiado de la profesión de su madre la directora y realizadora Pilar Miró.​​

La muerte de su madre y su tutor legal

Nacido el 13 de febrero de 1981 en Madrid, su madre quiso revelar la identidad del padre de Gonzalo, quien tuvo como padrino y tutor al expresidente del Gobierno, Felipe González. La inesperada muerte de su madre en 1997, a los 57 años, le dejó huérfano siendo tan solo un quinceañero y aunque se sintió perdido, no estaba solo pues contó con el apoyo del que fuera líder del PSOE y con algunos de los grandes amigos de su madre.

Carrera y formación

A pesar de que la pérdida de su madre supuso un duro golpe, Gonzalo se refugió en su formación. Comenzó a estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid, sin embargo se dio cuenta de que eso no era lo suyo y decidió sacarse la carrera de Periodismo en la Universidad Francisco de Vitoria, aunque también la acabó abandonando. Pensado que a la tercera iba la vencida, Gonzalo comenzó a estudiar Comunicación Audiovisual, pero acabó haciendo las maletas y marchándose a Nueva York para seguir los pasos de su madre y realizar un curso de cine.

Alcanza la fama en televisión

Al regresar a España, el hijo de Pilar Miró cambia el cine por la televisión y comienza a colaborar con Concha García-Campoy, primero en su programa radiofónico Campoy en su punto y después en el magazine Las mañanas de Cuatro. Ese sería el principio de una carrera televisiva y radiofónica que tan solo acaba de comenzar y que decidió enfocar hacia los deportes pasando así por programas como Punto Pelota de Intereconomía, Futboleros de Marca TV e incluso en Tiempo de Juego de Paco González en la Cadena COPE.

En 2018 cambiaría de tercio al entrar a formar parte de Liarla Pardo, espacio presentado por Cristina Pardo, donde comenta temas de actualidad. También ha participado en MasterChef Celebrity donde demostró su destreza entre fogones.

Su vida amorosa

Pero si algo ha levantado interés en su trayectoria ha sido su vida amorosa, la cual se puso en el punto de mira en el en 2003 cuando comenzó a salir con la actriz Natalia Verbeke aunque lo suyo se acabó tan solo un año después.

Después se pudo en boca de todos en el verano de 2005 por su relación con la hija de la fallecida Duquesa de Alba, Eugenia Martínez de Irujo, duquesa de Montoro después de que esta finalizara su matrimonio con Francisco Rivera. Unas fotografías de ambos en las Pitiusas fueron el detonante para que el nombre de Gonzalo Miró cotizase mucho más en las crónicas sociales del país.

Él, a pesar de la tormenta informativa, trató de mostrarse tal cual es: educado, discreto y… tímido, aunque muchos, al ver su desparpajo ante las cámaras, no le calificarían de tal manera. Aquellos besos furtivos en las aguas mediterráneas tuvieron su continuación por la más amplia geografía del planeta.

De hecho aunque muchos pensaron que sería un amor de verano, la pareja logró superar la distancia pues su romance coincidió con la etapa en la que Gonzalo se marchó a estudiar a la Gran Manzana. Su relación duro así cuatro años hasta que en 2009 tomaron caminos separados, sin dar explicación alguna.

Un año después, el comentarista recuperaba la ilusión al lado de la cantante de La Oreja de Van Gogh, Amaia Montero con la que vivió un apasionado romance de un año. En 2011, Gonzalo Miró comenzó a salir con Ana Isabel Medinabeitia, quien había saltado a la fama debido a su relación con Iker Casillas, sin embargo no llegó a consolidarse y tres años después rompieron su relación.

Ya convertido en un rostro muy mediático y recurrente en los medios de comunicación, Gonzalo inició un noviazgo en 2015 con la cantante Malú y aunque muchos pensaron que sería la definitiva, la pareja nunca llegó a posar junta y aunque no se atrevieron a negar su amor acabaron rompiendo tres años después.