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Han pasado ya dos décadas desde que conocimos a David Otero y el paso del tiempo no solo le ha hecho crecer tanto en el terreno personal como profesional sino que lo ha colocado en este momento que él mismo define como el mejor de su vida. Con 40 años recién cumplidos, el que fuera integrante de El canto del loco, de cuyo posible reencuentro ha hablado abiertamente con HOLA.com, repasa su carrera profesional en Otero y yo, que verá la luz el próximo 5 de marzo aunque ya ha estado presentando algunos singles. Se trata de un disco de duetos (participan Ana Guerra, Taburete o Cepeda) en el que revive algunos de los éxitos que han marcado su carrera, una trayectoria en la que reconoce que también ha tocado fondo. Pero ha sabido reinventarse, pedir ayuda y recuperar la alegría y el optimismo que le caracteriza sobre el escenario.
Cuando los cuadernos en los que escribe las letras se cierran y apaga las luces de su estudio, el cantante deja paso a un orgulloso padre de familia que tiene claro que no hay nada mejor ni más gratificante que pasar tiempo con su mujer, Marina Roveta, a la que conoció por casualidad, y los dos hijos que tiene junto a ella. A los cuatro les gusta jugar en casa, ver series, salir a pasear, practicar golf... Acerca de estos días en familia, del deporte que le ha ayudado a renacer, de sus múltiples experiencias en la música (incluidos el miedo y el lado menos amable de la profesión) y de la persona con la que le hubiese gustado contar en este nuevo álbum, se ha sincerado con nosotros David.
-Tras la tempestad llega la calma, y en tu caso lo hace el 5 de marzo con un disco llamado Otero y yo. ¿Qué nos vamos a encontrar y cuándo lo escucharemos sobre el escenario?
Hoy en día, como se plantean las estrategias de lanzamiento de discos, prácticamente está casi entero publicado, faltan dos canciones. He estado sacando singles durante un año y pico. Empiezo en abril a tocar, tengo ya varios conciertos cerrados en los que vamos a ser una banda muy pequeñita, solo tres. La idea es tocar todo lo que podamos porque el disco no tiene sentido si no lo acercamos a la gente. Estoy con muchísimas ganas de poder salir, de poder tocar en directo, de que la gente perciba las canciones más cerca... Pero intento no pensar mucho en los conciertos porque me pongo muy nervioso, es casi con lo que peor lo paso de esto, me genera mucha inseguridad y me crea un estado de ansiedad. No estoy muy pendiente de saber si se venden entradas ni de dónde son porque entro a ver fotos del sitio, pienso en dónde colocar a la gente.. Tengo pesadillas a veces con que solo viene una persona o nadie (risas).
-¿Cómo estás viviendo la pandemia tanto en el terreno profesional como personal? ¿En algún momento lo has visto tan complicado que has querido buscar un plan B?
Antes de la pandemia, en mi estudio tuvimos la idea de pensar en más cosas y no solo en hacer música para mí. Me hace muy feliz hacer canciones y pusimos el foco en componer para otros artistas, hemos estado dedicando mucho tiempo a eso. Es algo que me llena el corazón, no me lo puedo pasar mejor. Este año han estado saliendo muchas de esas canciones y van a salir más. Es otra parte musical de mi vida pero no es un plan B sino a la vez un plan A porque está todo relacionado y todo se retroalimenta.
-¿Los momentos complicados como los que estamos pasando inspiran a la hora de componer o todo lo contrario?
Me han pasado las dos cosas. Al principio de la pandemia no tenía ganas de nada, fue un proceso de adaptación total porque priorizamos que los niños estuviesen atendidos emocionalmente, a nivel educación, casa, bienestar... Nos dividimos tareas, yo igual me ponía a hacer la casa, los baños o cocinar mientras mi mujer le daba clase al pequeño. Luego nos turnábamos y mientras ella trabajaba yo hacía con el niño los deberes de español, porque van a un colegio francés y yo no hablo francés, mi mujer sí. Cuando terminaba y tenía un rato estaba ya agotado y no me daba tiempo a componer porque necesito jornadas muy largas para hacerlo, me puedo tirar seis o siete horas hasta que encuentro algo que me gusta. Me costaba mucho encontrar esa rutina de encerrarme a componer, estar el día entero.
-¿Tienes alguna rutina o ritual a la hora de componer?
Sigo escribiendo en papel, es algo que me encanta. Tengo en mi armario unos 150 cuadernos llenos de canciones que etiqueto. Esos cuadernos los llevo conmigo. De hecho hay un disco que hice en Argentina que se llama Ultramar que lo escribí casi al completo entre un restaurante y una cafetería. Me sentaba cerca de la ventana, escuchaba historias de la gente que me inspiraban, conversaciones...
-Muchas de tus canciones se han convertido en himno, ¿tienes especial cariño a algún tema o es como preguntar a un padre a cuál de sus hijos quiere más?
Total, los músicos no podemos decir nunca cuál es nuestra canción favorita, pero sí estoy muy agradecido a Foto en blanco y negro. Ha sido un empuje bestial en este proyecto, ha hecho recordar a la gente lo que era esa canción, ha conectado con público que no la conocía, ha reconectado con gente que no se acordaba de ella... Soy muy feliz sabiendo que he compuesto canciones que son importantes en la música de nuestro país. Mucha gente me ha criticado y me dicen que cómo toco esa canción. Me he encontrado con muchos haters que me han enviado mensajes super feos diciendome que doy asco y cosas super desagradables y agresivas, con un tono imperativo.
-¿Eso te afecta?
Pues mira, sí. Soy una persona que no está acostumbrada a encontrarse con eso habitualmente porque soy neutro, pero hay gente que se ha ofendido. Lo bonito es que se ha ofendido por defender otra cosa que también he hecho yo. A raíz de esto he hecho una cosa que creo que es muy sana: sacarme las redes sociales del móvil. Las instalo un rato por la noche solo para ver que hay, no abro casi mensajes privados... He ganado muchísimo tiempo.
-Este nuevo trabajo sirve como repaso de toda tu carrera. Llegados a este punto, ¿cambiarías algo de tu trayectoria?
Qué duda, porque a veces dices, si lo hubiese cambiado igual no hubiese aprendido lo que tenía que aprender. Por eso la melancolía es tan potente y a veces caemos en la tristeza y eso se nos come y se vuelve depresión. Si estamos eternamente pensando en "si yo hubiera" o "si no hubiera", la vida no sería como es. Soy de los que pienso que no cambiaría nada y sin embargo hago un ejercicio de volver atrás en el tiempo, darme un abrazo en ese momento en el que metía la pata y perdonarme a mí mismo.
-Acabas de cumplir 40, ¿estamos ante un nuevo David, en el inicio de un nuevo ciclo?
Yo estoy mejor que en mi vida, te lo juro, con más energía que nunca, haciendo más deporte que nunca, haciendo cosas que me hacen ilusión y pensé que nunca iba a encontrar... Aprender es la base de sentirte vivo, ilusionado... La gente cuando se enfrenta a una dificultad y encuentra algo que aprender se siente mucho mejor. Lo que hace escaparte de tu rutina es lo que te hace renacer y este nuevo David tiene que ver con eso, con aprender a hacer cosas desde cero.
-¿Cuáles son esas cosas que te ilusionan?
He aprendido a jugar al golf, siempre nos ha gustado a mi hermano y a mí aunque en mi familia nadie lo practique, pero lo veía en la tele y conocía a todos los golfistas. Unos siete meses antes de la pandemia fui al psicólogo porque tuve un momento personal difícil en el que había perdido la ilusión por la música, no me encontraba a mí mismo, lo empecé a pasar mal... Hice un año y pico de terapia y en una de las sesiones me dijo que buscara algo que no tuviera que ver con mi entorno, que sea al aire libre y, si es posible, que haya que caminar. Me vinieron dos opciones a la cabeza: tiro con arco en el bosque y golf. Como tengo un campo de golf cerca de mi casa empecé a ir a dar bolas, empezó a jugar mi hijo, vino mi suegro de Argentina y empezamos a jugar juntos... Ya he ganado dos torneos amateurs, tengo dos copas en casa (risas).
-David, entiendo que tu peor momento en la música ha sido ese en el que perdiste la inspiración pero, ¿y el mejor?
Ahora mismo, de verdad. Estoy encantado con lo que estamos haciendo, estoy menos pendiente de lo que dicen los demás, enfocado en mi parte, en decir lo que pienso...
-Para este nuevo proyecto cuentas con la colaboración de Dani Fernández, Cepeda, Arnau Griso, Ana Guerra... ¿crees que los fans esperaban un dueto con Dani Martín?
Supongo, pero la realidad es que tenemos vidas super diferentes, no tenemos una relación en la que nos hayamos planteado colaborar. Somos fieles a nuestro corazón. Hemos vivido tantas cosas juntos tan profundas y tan estrechas y de verdad que llegó un momento en el que pensamos que ya habíamos hecho lo que teníamos que hacer juntos. Es una persona a la que admiro muchísimo y le quiero mucho aunque no tengamos la misma relación que hace años. Le deseo todo lo mejor, cuando saca disco siempre lo compro y lo escucho.... pero la vida nos ha llevado por caminos distintos y hubiese sido artificial colaborar juntos solo porque la gente lo espera. Eso hubiese ido en contra de nuestro principios y ambos tenemos valores muy firmes.
-Para saciar las dudas de los más nostálgicos, y ahora que parecen estar de moda los reencuentros, ¿veremos entonces el de El canto del loco?
No sé si pasará o no, no me lo planteo. SI algún día de repente a los dos nos apetece volver a vivir esa experiencia, maravilla, y si no llega nunca ese momento, fenomenal, no pasará nada. No seguimos la corriente de lo esperado. Nuestra relación ha sido siempre así y me parece super buena hasta cuando no es relación, como ahora, que igual nos hemos mandado algún mensaje durante la pandemia pero poco más.
-¿Hay algún artista nacional o internacional que admires y te hubiese gustado que colaborara contigo?
Sí, Pablo López. Solo le conocía de hola y adiós y me ha dado mucha pena conocerlo cuando había terminado el proceso de grabación del disco. Coincidí con él en un concierto en Murcia, me cayó fenomenal, sentí feeling con él, tocó la guitarra en mi camerino, compartimos confidencias... Al día siguiente pensé qué pena no haberle conocido un año antes porque le hubiese invitado seguro a participar. Me parece que tiene un talento enorme, alucinante.
-¿Nos puedes contar alguna anécdota con tus compañeros en la grabación?
Sí, el rodaje del videoclip con Marta Soto. Lo pospusimos primero por la pandemia, luego en verano cambiamos la fecha porque uno de sus músicos dio positivo y ella tuvo que cumplir cuarentena. En septiembre no sé qué pasó que no no pude y ya la cuarta vez que cerramos fecha estábamos de camino al rodaje y nos llamaron que la furgoneta que llevaba todo el equipo se había estropeado en mitad del camino. Conseguimos finalmente rodar ese día. Cuando nos quedaban dos escenas todo el mundo decía "por fin, por fin", pero yo decía que no cantáramos victoria. En la comida de fin de rodaje una chica tuvo una especie de cólico nefrítico que tuvo que venir la ambulancia.
-Algunos de tus compañeros de duetos han pasado por Operación Triunfo, ¿te hubieses presentado a un talent de ese tipo?
Ni de broma. Ni a Eurovisión ni a ningún tipo de programa así porque yo no tengo voz de cantante. Sí me presentaría a uno de componer canciones.
-Si volvieses a tu infancia, ¿volverías a elegir dedicarte a la música?
Sin duda alguna, no me puede hacer más feliz.
-¿Qué personas de tu círculo son las primeras en escuchar tus nuevas canciones? ¿Y quienes son más críticos?
La más crítica es mi hija, y mi madre y mi mujer también, aunque ella es algo más neutra porque trabaja conmigo. Aprendí hace tiempo que lo que necesitas para un proceso creativo son interlocutores válidos. Para eso tengo a mi productor, con el que consensúo y decido, o una persona como Javier Portugués (fue jurado de OT) al que le paso ideas, contrasto con él...
-¿Han heredado tus hijos tu talento en la música?
Mi hija sí, canta increíble pero no le interesa demasiado o eso es lo que me hace ver. Mi hijo es chiquitín, canturrea... Lo que intento es que desarrollen el oído.
-¿Apuntan maneras? ¿Te gustaría que fuese así?
Tengo prohibido interpretar qué quiero yo en sus vidas. Ellos que decidan sin ningún tipo de empuje de sus padres ni hacia un lado ni hacia el otro. Lo que crean estará bien y los apoyaremos
-Además de darles esa libertad. ¿cómo te definirías como padre?
Creo que soy un buen papá. Primero porque lo que más hacemos con ellos es tenerlos muy cerca a nivel físico, parecemos una manada de lobos y cachorros. Estamos todo el día jugando, tirándonos uno sobre el otro, mis hijos me cuentan su día.. Creo que es lo mejor de la vida, no hay nada mejor.
-Escribiste un libro sobre tu experiencia como padre, ¿te animas a seguir probando suerte en el mundo de la literatura?
La verdad es que estoy contentísimo. A nivel literario no sé si vendió más o menos, soy íntimo amigo del editor y nunca le he preguntado cuántas copias se han vendido. No lo escribí para la gente, lo escribí para mis hijos. Conté la historia de cuándo nacieron, cómo nacieron, experiencias mías que yo siempre he preguntado a mis padres... Cuando empecé me lo planteé como algo que dejar a mis hijos para que se lo lean a mis nietos o para que el día que no esté digan "este era mi padre y así vivió la vida". Igual como segundo episodio hago lo mismo pero contando a qué me he dedicado, cómo he vivido la música y las cosas a las que me he tenido que enfrentar.
-¿Qué te gusta hacer en familia en tu tiempo libre?
Ver series, ahora estamos viendo Hierro que me está gustando mucho, jugamos al golf en familia, salimos a pasear... Muchas veces mi mujer y yo resolvemos dudas del trabajo estando de paseo. Tenemos una vida muy familiar y muy normal, llevamos a los peques al cole, vamos a la compra, hacemos la comida, sacamos juegos de mesa... No soy nada de salir de fiesta, no he bebido alcohol nunca..
-¿A tu mujer, la conquistaste con la música o eso a la hora de la verdad no funciona?
No, ni ella tenía ni idea de a lo que me dedicaba cuando nos conocimos. Ella venía de Argentina a vivir a España para estudiar fotografía y nos conocimos en un restaurante. No sabía ni lo que era El canto del loco. Lo bonito fue que nos conocimos sin ideas preconcebidas.
-¿Cuál es la mayor locura que has hecho por amor? ¿Y la mayor locura que ha hecho un fan por ti?
Decidimos ser papás poco tiempo después de conocernos y ¡bendita locura! Es la mejor decisión que hemos tomado. Con El Canto del Loco había más locuras pero ahora no tanto. Lo que sí he visto es un chico que hace un review en el que analiza todo lo que hago cuando toco la guitarra.
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