LA CIUDADELA DE PEÑÍSCOLA
Más allá de disfrutar de la playa, que también, en esta localidad castellonense lo primero es recorrer su ciudadela medieval, esparcida entre las peñas de un islote y coronada por una fortaleza cuya historia está íntimamente ligada al Papa Luna. Cruzando alguno de los portales de la muralla comenzamos a subir por las estrechas y serpenteantes calles del casco antiguo descubriendo en el camino casonas señoriales, plazoletas perfumadas por jardines y madreselvas, el gran templo de Santa María y el «bufador», la brecha por la que el Mediterráneo «respira» en días de tempestad. El premio espera en lo alto, donde además del faro, el castillo y la ermita de la patrona se disfruta de unas vistas espectaculares.
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