Es una de las hierbas aromáticas que más se utilizan en la cocina, a la par que el omnipresente perejil de nuestro admirado Arguiñano. Se encuentra disponible durante todo el año pues puede ser cosechado en cualquier época.
La cocina francesa utiliza cebollino -conocido también como ajo morisco, cebollín o ciboulette-, junto con otras hierbas como estragón, perejil y perifollo, como la mezcla base de lo que se conocen como 'finas hierbas'.
Pertenece a la misma familia que la cebolla
La cebolla pertenece al género Allium, el más importante de la familia de las Liliáceas, que incluye más de 500 especies, entre las que se encuentran el puerro, el ajo, la cebolleta... y el cebollino, que crece en forma de tallos verdes muy finos, largos y huecos, y bulbos blancos de tres a cuatro centímetros en la parte inferior.
Su aroma, bastante intenso, es muy parecido al de la cebolla fresca, pero el sabor es mucho más suave y delicado, e, incluso con un ligero toque también a ajo.
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El cebollino en la salud
Es muy bajo en calorías y nos aporta vitaminas (C, A y K), fibras, minerales (potasio, calcio, hierro y fósforo) y antioxidantes. Contiene sus sustancias antioxidantes que ayudan a disminuir la presión arterial, mejorar la circulación sanguínea y regular los niveles de colesterol. Asimismo, es rico en fibra y en ácido fólico.
Flores, tallos y conservación
Sus flores también son comestibles y aportan un toque de color -rosa, blanco o morado- a tus platos, además de una textura crujiente... Te recomendamos tener en casa una maceta -o en tu jardín, si lo tienes- con esta planta natural y aprovechar tanto sus tallos como sus flores -encima, ahuyentan mosquitos
Si lo compras, puedes conservar el cebollino dentro de la nevera o bien en una bolsa plástica con cierre dejando un poco de aire dentro o bien metiéndolo entre 2 papeles de cocina ligeramente húmedos. También admite la congelación -picadito- en una bolsa destinada para este uso.
Cómo utilizar el cebollino en la cocina
El cebollino suele añadirse fresco -aunque lo hay seco y congelado- al final de las cocciones, para que no pierda ni sabor, aroma o textura y para terminar infinidad de platos: sopas, cremas, patatas, verduras, pescados, aves, tortillas...
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Pero también se mezcla con mantequilla, quesos, mayonesa, aceite y vinagre para hacer aliños... Lávalo y córtalo en el momento. Así lo utilizamos nosotros. Pincha en cada imagen y ¡descúbrelo!