La argentina visitaba de nuevo a sus compañeros y lo hacía acompañada de dos pollos con patatas fritas, sin saber que el tercer pollo iba a encontrárselo al lado de Hugo Sierra, con el que inició un idilio bajo el sol hondureño
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Ivana explicaba, entre bromas, que si querían un trozo de pollo tenían que hablarle y contestarle a todo aquello que ella les preguntase. Esas palabras desataron un intercambio de indirectas que derivó en una discusión que fue subiendo de tono y que alcanzó cotas de tensión nada agradables para sus protagonistas