"Estaba dispuesta a todo, pero si tú no, lo respeto", respondía entre lágrimas Ivana. Así, cada uno volvía a sus respetiva isla destrozados por lo sucedido, pero la argentina se rompía a llorar frente a sus compañeros. Aunque no quería hablar con ninguno, todos ellos intentaban consolarla. "¡No llores más! No hay mal que por bien no venga. Oye, ¡arriba! A disfrutar y a vivir la experiencia", aconsejaba Ana María Aldón.