Aunque haya días en los que, echando un ojo al termómetro, el verano pareciera resistirse a marchar del todo, el calendario lo tiene claro: el otoño ha llegado y con él su despensa característica. Y entre sus ‘protagonistas’ nos detenemos hoy en una verdura que, aunque podemos disfrutar todo el año, es en los meses menos cálidos cuando encuentra su mejor momento. ¿Su nombre? Brassica oleracea var. Botrytis, o lo que es lo mismo, la coliflor.
Un alimento con interesantes propiedades nutricionales: fuente de vitamina C y minerales como el potasio, su bajo aporte calórico (tan solo 27 calorías por cada 100 gramos de producto) la convierten en gran ‘aliada’ de una alimentación saludable en general y de las dietas enfocadas a la pérdida de peso en particular.
Además, en cocina nos ofrece muchas posibilidades -en este sentido, si vamos a cocinar los ramitos enteros, los cocineros nos invitan a olvidarnos de esas cocciones eternas, aconsejándonos dejar la coliflor algo más al dente-.
Podemos cocinarla al vapor, al horno, podemos rallarla en crudo y usarla como ingrediente de ensaladas… Otra de sus maneras más comunes de preparación es dar a la coliflor una textura de crema, que es precisamente lo que vamos a hacer a continuación a través de estas recetas que os mostramos aquí debajo. Hasta siete maneras distintas de elaborar una crema de coliflor donde meter la cuchara y rebañar. Elige la que más te guste… ¡y a cocinar! (para acceder al modo de elaboración solo tienes que clicar en sus nombres).
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