Cabañas en equilibrios sobre un fiordo, en la copa de un árbol, de ventanales panorámicos al bosque o al mar... Este país se ha convertido en un referente de la arquitectura de vanguardia, y la tendencia ha viajado desde la capital a sus alojamientos más singulares en plena naturaleza.
El 22 de octubre abre finalmente sus puertas en Oslo el Museo Munch (munchmuseet.no), un nuevo hogar para la obra del autor de El Grito y concebido por el arquitecto español Juan Herreros. Haciendo equilibrios sobre el fiordo de la zona portuaria de Bjørvika, sus hechuras a la vertical se suman a los edificios con pedigrí que han ido redibujando el skyline de la capital noruega: desde la Ópera, del premiadísimo estudio de diseño Snøhetta, hasta la también vecina sede de la Biblioteca Deichman, de las más asombrosas del planeta e inaugurada hace poco más de un año.
Oslo no atesora el patrimonio histórico de Estocolmo, sin embargo, ha sabido reinventarse a través de la arquitectura de vanguardia. Una tendencia que se ha contagiado a alojamientos en plena naturaleza donde empaparnos de la pasión noruega por el friluftsliv. ¿Y eso qué es? Pues una palabra acuñada nada menos que por el dramaturgo Henrik Ibsen en honor de los beneficios, también espirituales, de la vida al aire libre, y que podemos disfrutar en este puñado largo de escondites insólitos.
No te lo pierdas: 48 horas en la región de Oslo… la más vibrante de los países nórdicos