Junto a los pequeños Leonore, Nicolas y Adrienne

Magdalena de Suecia regresa a Nueva York con sus tres hijos, un viaje de mucho significado para ella

La ciudad de los rascacielos es el sitio donde hace años la Princesa se mudó a vivir primero, después surgió el amor con su marido y posteriormente dio a luz a su primogénita

Por Martín Gálvez Piqueras

Nueva York supone un antes y un después en la vida de Magdalena de Suecia. Sobre todo, en lo que se refiere al lado más íntimo y personal de la hija menor de los reyes Carlos Gustavo y Silvia. A la ciudad que nunca duerme ha viajado estos días la Princesa, quien compartía una bonita imagen con sus tres hijos desde el emblemático Central Park. "¡9 años después Leonore está de vuelta en Nueva York!", exclamaba la madre de los niños junto a la instantánea tomada en ese enclave tan popular de Manhattan.

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Delante del lago donde aparecen nadando un grupo de patos, los cuatro protagonistas de la foto miran a cámara muy sonrientes mientras los vemos bien abrigados para combatir el frío de la Gran Manzana. Tal y como ha recordado con sus palabras la hermana de los príncipes Victoria y Carlos Felipe, su primogénita ha regresado al lugar que la vio nacer hace casi una década.

Gracias a las pinceladas que la princesa Magdalena muestra sobre sus planes, podemos conocer también algo más la personalidad de sus retoños, de los que ella misma ha hablado con orgullo. "Leonore es muy enérgica y Nicolas es mucho más tranquilo. Le gusta hacer cumplidos y suele decirme '¡Mami, estás genial!'. Adrienne es cariñosa y alegre", decía sobre su preciosa familia, de la que también forman parte sus perros Teddy y Oreo.

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La ciudad de los rascacielos es el sitio al que Magdalena de Suecia se mudó en 2010 para comenzar una nueva etapa lejos de su país natal, después del sonado desengaño amoroso que sufrió con su prometido Jonas Bergström. Fue allí donde la Princesa se rehizo del fuerte varapalo y poco después iniciaría su historia de amor junto al que es su marido, el adinerado empresario inglés Christopher O'Neill.

Después, en junio de 2013, llegó la boda celebrada en Estocolmo con toda la pompa que merecía, si bien el esposo de la 'royal' sueca decidió entonces renunciar a los títulos que le correspondían como príncipe consorte para poder continuar así con sus negocios en el mundo financiero, la banca y las inversiones. Por lo tanto, tras el enlace, Chris -como se le conoce- se integró como parte de la familia de los Bernadotte pero no está considerado como un miembro de la Casa Real sueca.

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Tiempo después, en 2015, Magdalena y los suyos decidieron cambiar de residencia y poner rumbo a Londres. En la capital británica permanecieron tres años hasta que, en el verano de 2018, volvieron a Estados Unidos para instalarse en la soleada Florida (Miami). Allí residen actualmente y parecen haber encontrado la estabilidad definitiva, el escenario perfecto donde la cuarta en la línea de sucesión al trono escandinavo está criando y viendo crecer a sus retoños.

Cabe recordar que la Princesa dio a luz a su primera hija en 2014 en un hospital neoyorquino, siendo Leonore la única de sus tres niños que ha nacido fuera de Suecia. Son más de ocho mil kilómetros los que separan a Magdalena de sus padres, de ahí que sean contadas las apariciones de esta en los actos oficiales de la monarquía a lo largo del año.

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De hecho, el pasado lunes, el rey Carlos Gustavo se sometía a una intervención quirúrgica que no era de excesiva gravedad y su hija menor estuvo ausente. Al parecer, según informa la prensa del país nórdico, Magdalena sí estuvo puntualmente informada por teléfono a través de su madre sobre la operación de corazón que recibió el monarca.