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Tarde de emociones y mucha solidaridad la que se ha vivido este sábado en el Principado durante la celebración del Festival de Circo de Montecarlo. Estefanía de Mónaco acudía junto a sus hijas, Pauline Ducruet y Camille Gottlieb, y sus sobrinos, los príncipes Jacques y Gabriella, a ver "el mayor espectáculo del mundo" en una cita que no era como otra cualquiera. Se trataba de la actuación de los alumnos de la escuela circense de Kiev, capital de Ucrania, quienes habían sido invitados por la hermana de Alberto de Mónaco para esta ocasión tan especial. A las puertas del Teatro princesa Grace, la familia Grimaldi posaba ante los fotógrafos rodeada por algunos de estos jóvenes artistas y allí veíamos a los simpáticos mellizos de siete años con su tía y sus primas. Su padre no podía acudir al evento después de permanecer aislado los últimos días tras su segundo positivo en covid, algo que ya ha superado felizmente según conocíamos este mismo domingo.
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La madre de los pequeños, Charlene de Mónaco, tampoco hacía acto de presencia mientras se recupera por completo de sus problemas de salud para poder retomar su agenda oficial una vez regresaba a palacio el pasado 12 de marzo. Pese a la ausencia del matrimonio, a quien seguro echaron mucho de menos, Estefanía de Mónaco se volcaba con este acto benéfico que tenía lugar precisamente en la fecha anual donde se conmemora el Día internacional del circo, el 16 de abril. Los protagonistas de la actuación eran acróbatas de entre 11 y 19 años que han tenido que abandonar su país por la guerra y encontraban refugio en Budapest, Hungría. Desde allí han viajado hasta el Principado para demostrar su talento sobre el escenario ante un público entregado que encabezaba la Familia Real monegasca. El objetivo, además, era recaudar fondos destinados a ayudar a las escuelas circenses de Ucrania.
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"Estamos muy agradecidos por la oportunidad que nos brindan”, aseguraba la profesora Gulnara Savenko en declaraciones a Nice Matin, revelando que para muchos de sus alumnos esta era la primera vez que veían el mar durante su estancia en la Costa Azul. La princesa Estefanía, que además es presidenta de honor de la Federación Mundial de Circo, ha confesado sentirse muy feliz por impulsar esta buena causa. Una iniciativa que, desde luego, no solo apoya a las víctimas del conflicto bélico sino que permite mantener vivo el espíritu del espectáculo. “Tenemos que ayudar a estos jóvenes para que no pierdan su amor, vocación y pasión" por este show que siempre ha alegrado a pequeños y mayores, aseguraba la hija menor de los recordados Rainiero y Grace Kelly a Monaco info. "Pelearé hasta el final para que el circo tradicional siga adelante", sentenciaba la Princesa.
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