Belu, la novia argentina del chaleco beige que ha causado sensación

Nos desvela todos los detalles de su boda viral y de su espectacular vestido, realizado a medida con tejidos traídos de Nueva York

Por Estrella Albendea

Hacer de un contratiempo una oportunidad. Es lo que muchas novias y sus proveedores conocen como un cambio de rumbo y que, sin embargo, puede ser el germen de un resultado extraordinario. De esas casualidades nacen fórmulas maravillosas que pueden llegar a gustar mucho más que las originales. Esto le sucedió a Belu, una novia argentina cuyo look con chaleco beige metalizado ha dado la vuelta al mundo. Ella buscaba unos tejidos muy concretos para que la diseñadora Lucrecia Grassi diera forma a su vestido. “Había elegido otro color para la capa, era de un tono más marfil, no el dorado como finalmente fue. Cuando nos llegó, nos dimos cuenta de que nos habían mandado el género de otro color”, nos explica. Y aquel problema se convirtió en un giro de 180 grados que la ha llevado a triunfar, meses después de su enlace, en la red. Descubrimos su historia.

VER GALERÍA

- Las 15 novias más virales del verano te inspirarán

El auge del chaleco nupcial 

Con el tejido erróneo sobre la mesa, Belu tuvo que tomar una decisión. “Al principio fue súper estresante, ya que los proveedores nos dijeron que no quedaba más del anterior. Pensamos qué podríamos hacer, si quedarnos con el dorado o cambiar de género, estábamos las dos buscando alguna solución. Siempre decimos: ‘Bueno, todo pasa por algo’”, recuerda. Se decidió por ese tono beige dorado que tanto ha gustado y acertó: “lo llevamos un día a la luz del sol, que era la que yo iba a tener ese día, ya que la boda era al aire libre y la verdad es que me encantó, mucho más que el que yo había elegido”.

Aquel fue el resultado de un proceso muy ilusionante, tal y como nos explica nuestra protagonista. “Al principio no tenía claro qué era lo que quería, solo que quería estar linda y cómoda. Empecé visitando algunos diseñadores que me gustaban, pero no decidía qué era lo que quería hacer”, apunta. Fue tres meses antes de su gran día cuando al fin se decantó por la versatilidad de un diseño desmontable: “en el momento del baile quería estar lo más sencilla y cómoda posible.” Y fue entonces cuando escogió a Lucrecia Grassi como diseñadora: “cuando fui, ella no sabia si me lo iba a poder hacer, porque ya tenía bastantes trabajos para la fecha de mi boda, pero finalmente me dijo que sí”.

VER GALERÍA

- ¿Te acabas de prometer? Sigue estos pasos al organizar tu calendario 'beauty'

La importancia de los tejidos

Belu recuerda el paso a paso hasta ver terminado su look como una experiencia muy bonita. “Fue súper lindo el proceso con Lucrecia, desde el principio entendió muy bien el estilo que yo quería. Al principio empezamos con el vestido”, comparte. Buscaba un diseño ligero, en color blanco roto, opaco, sin brillo, pero en Argentina no disponían del tejido que ella necesitaba. “Tuve la suerte de que Lucrecia viajó a Nueva York para conseguir géneros y me trajo exactamente el que yo quería”, señala.

VER GALERÍA

- La boda mallorquina de Victoria, la novia del vestido asimétrico y minimalista

Fue así y, tras conseguir la tela para el chaleco-capa, como pudieron dar forma a un look de silueta recta, sin mangas, con abertura central delantera, escote en la espalda y corte fluido. “El ultimo día de la prueba decidimos agregarle el cuello de la capa y el detalle dorado en el vestido. Fue un éxito”, defiende. Y a esos detalles en dorado les sumó unos complementos cuidadosamente seleccionados, de estilo desenfadado. “El tocado lo realizó la maquilladora y estilista capilar. Lo diseñamos juntas teniendo en cuenta que yo quería algo simple, desestructurado y sin flores, ya que la capa era muy importante para mí”, indica. Además incorporó una pulsera tipo brazalete de la misma línea que el tocado y un bonito ramo: “lo hizo mi prima, con plantas y flores silvestres recogidas del espacio donde tuvo lugar el casamiento”.

VER GALERÍA

- Descubre las mangas de novia más especiales para un vestido sencillo

Una novia sencilla

En esa fusión de naturalidad, originalidad y sencillez, también hubo hueco para su look de belleza. “El maquillaje y el peinado me los hizo Luisa Estevez Make Up, una ‘genia'. Yo le pedí que el maquillaje fuese lo más simple y natural posible. El peinado es algo que me representa porque siempre me gusta llevarlo recogido así”, dice Belu. El resultado fue un rostro fresco y con tonos suaves y un recogido informal que daba todo el protagonismo al tocado.

VER GALERÍA

- ¿Una boda sin móviles? Estas novias nos cuentan su testimonio

Boda familiar

Un estilismo tan fresco, delicado y práctico solo podía encajar en un enlace relajado. De esta forma lo hicieron Belu y su pareja, que se dieron el ‘sí, quiero’ en una ceremonia religiosa celebrada al aire libre. “Fue el 2 de abril del 2022. Lo hicimos en la casa de mi familia, donde viví toda la vida, en un campo en San Antonio de Areco (Buenos Aires, Argentina). Decidimos casarnos ese día porque todavía hace calor acá y nos gustaba mucho la idea de hacerlo en otoño cuando los árboles siguen verdes y en flor”, nos explica. Buscaban un espacio en el que disfrutar de la naturaleza y el tiempo respetó sus planes, sin una nube y con un bonito atardecer.

VER GALERÍA

- La recena de la boda de Teresa Andrés y otras ideas deliciosas para el baile

Aprovechar el espacio

Los novios no contrataron wedding planner, ellos mismo se pusieron manos a la obra: “al ser en la estancia de mi familia tuvimos que ocuparnos de todo, elegimos los proveedores que mas nos gustaban y siempre hablamos nosotros”. Ello supuso, también, que ambos se encargasen de la decoración de este lugar, que buscaban que se mimetizara con el entorno. “La ambientación la hicimos con Lambare Ambientaciones, que nos ayudo tanto con la decoración de la ceremonia como de la recepción y fiesta. Tuvimos muy en cuenta la presencia de los árboles y la naturaleza que teníamos alrededor para armar los espacios”, matiza.

VER GALERÍA

- Nueve cosas que marcan la diferencia en una boda

Ninguno buscaba diseñar un escenario muy formal, por eso se decantaron por un cóctel, sin mesas: “toda la comida fue en livings y con plato que se podía comer sin sentarse en mesa”. En línea con el estilo de enlace relajado que buscaban, aprovecharon todo el espacio que les brindaba el campo para crear diferentes zonas durante la boda. Y de aquel día tan intenso y emocionante se quedaron con una cosa, que recuerdan a los futuros recién casados: “que no se preocupen de más por la organización de la boda, siempre termina saliendo bien. Lo más importante es poder compartir con la familia y los amigos la unión tan especial de dos personas. Si le sacas la presión a que todo tiene que ser perfecto y dejas de preocuparte de más, disfrutas mucho más del proceso y del día de la boda”. Un último consejo que siempre es bueno recordar.