¿Nueva capital de la moda? La artesanía y el lujo que esconde Florencia

La ciudad de los museos narra una nueva historia a través de la moda enfocada en la producción local y la tradición artística

Por Mariana Torres

Nuestro afán escapista por imaginar mejores realidades, otros tiempos y lugares donde poder soñar, ha llegado también a las últimas propuestas de moda que en 2021 han salido de los marcos habituales para transportarnos a nuevos terrenos que también esconden su propia historia con la moda. Dior nos trasladó recientemente a Atenas, mientras que Paco Rabanne escogió Mónaco como escenario para su pasada colección y Dolce & Gabbana instaló una celebración viral en Venecia. Este dúo italiano está habituado a explorar los rincones especiales de su tierra, pues antes de Milán y Venecia, vino Florencia, sede de varios de sus desfiles y cuna universal del arte y el lujo

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Florencia, una gema escondida de la moda

Casi cuatro décadas antes de que Prada hiciera el salto de la marroquinería a las pasarelas, de que Gianni Versace irrumpiera con su desenfada sensualidad, de que Giorgio Armani reinventara la elegancia del traje con un minimalismo perfecto para la mujer trabajadora, el made in Italy se veía opacado por los grandes nombres del panorama parisino al punto de que incluso la surrealista Elsa Schiaparelli montó allí su taller, a pesar de haberse formado en su natal roma. Los locos y felices años veinte auguraban un futuro prometedor: Guccio Gucci y Salvatore Ferragamo abrían sus primeras tiendas de complementos de cuero en Florencia, siguiendo la tradición artesana de sus antepasados artistas, aunque todo cambiaría en el período de posguerra, donde se buscó reivindicar la producción local y el glamour, dándose un fenómeno similar al que estamos viviendo tras la pandemia

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Un enfoque humano, artístico y artesanal

 En 1951, el empresario Giovanni Battista Giorgini organizó un desfile histórico en Villa Torrigiani para exaltar la calidad de la moda italiana a precios mucho más competitivos que los de la ciudad del amor... El resto es historia. La expansión internacional del imperio Gucci y el éxito de los atrevidos y psicodélicos diseños de Roberto Cavalli y Emilio Pucci marcarían el camino para la continuación de un legado que tuvo su origen cinco siglos atrás y que hoy sigue en pie gracias a la innovación de nuevas marcas que se nutren de ese mismo arte puro, centrado en las proporciones anatómicas y el ser humano como fuente de vida ante infinitas posibilidades. Es así como nació también el calzado de lujo Aquazzura, pensado para mujer erguida como una Venus sobre una base de preciosos zapatos adornados con pedrería o moldeados en formas esculturales que imitan los movimientos de la naturaleza. La sostenibilidad y el consumo consciente son, por tanto, valores modernos inevitablemente conectados con la idiosincrasia florentina que sirven de núcleo conceptual para jóvenes talentos femeninos en auge, como Fiche Clothing o Bastah Firenze, ambas fundadas en 2014. 

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A la capital toscana le acompaña también una trayectoria centenaria como hogar de la más pulcra y original sastrería masculina (con el permiso de Savile Row) y no es coincidencia que allí se celebre la feria Pitti Uomo. El evento de moda masculina más importante del mundo reúne dos veces al año en la Fortalezza da Basso de Firenze a compradores, estilistas y los llamados 'pavos reales' (término acuñado por la reputada editora Suzy Menkes para referirse a los hombres ataviados con extravagantes looks que asisten a cada edición) para dar a conocer las tendencias punteras del armario masculino, aunque con el paso del tiempo se rinden cada vez más firmas emergentes de todo el sector de la moda con fin de cautivar al selecto público de Pitti. 

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De vuelta a la naturaleza: la joyería, su punto fuerte

La tradición artesana de la majestuosa ciudad museo impacta sobre todo al universo de la orfebrería, cuyo trabajo es manual y meticuloso por excelencia, en contacto crudo con los materiales más preciados de la tierra que tanto fascinaron a Miguel Ángel, Brunelleschi o Donatello. La joyería Cammilli, fundada en 1983 por la pintora y escultora florentina Annamaria Cammilli, se ha catapultado alrededor del mundo con esta filosofía por sus volúmenes escultóricos, una gama de ocho tonalidades de oro de 18 quilates y su original diseño, producto de un proceso de elaboración que se remonta a los años luminosos años del Renacimiento. Al igual que una escultura, la forma de cada pieza de joyería es hecha en cera para posteriormente ser vaciada en oro, lo que llaman “la cera perdida”. El resultado son formas fluidas y sedosas que se funden entre sí para intensificar el brillo de los diamantes. 

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Florencia es un punto único de encuentro entre pasado, presente y futuro. Sus nobles edificios clasicistas fueron una vez la vanguardia de la arquitectura a la salida del oscurantismo medieval. En sus calles, sus recovecos, encontramos los elementos perdurables del verdadero lujo, fácilmente distinguibles de la impersonal industria de la moda rápida.