Una cocina saludable debería de estar siempre presente en todos y cada uno de nuestros hogares -aunque de vez en cuando nos permitamos algún que otro capricho-. Y es que tenemos que cuidarnos no solo para disfrutar de una buena calidad de vida, sino de una vejez que pueda darnos menos problemas de cara a la salud el día de mañana.
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Comer de una forma sana y equilibrada puede contribuir a evitar muchas enfermedades. Y para ello es importante implantar en nuestra dieta un cambio en nuestros hábitos alimentarios con protagonismo para los productos frescos y naturales en detrimento de los ultraprocesados (ricos en grasas saturadas y azúcares refinados), que son tan perjudiciales para la salud.
Es importante también el origen y la calidad nutricional de los alimentos, así como las técnicas que elijamos para prepararlos, ya que de ello dependerá no sólo que les saquemos todo el partido, sino que, de paso, los consumamos de la manera más sana posible, con menos calorías y sin restarles sabor.
Existe la creencia -equivocada- de que hay ciertas formas de cocinar que dejan a los alimentos insulsos, secos y sin apenas sabor. Pero vamos a demostrarte que no es así y que tratando con respeto al producto y no sometiéndolo a cocciones agresivas los resultados, además de muy satisfactorios serán más saludables que si optamos por otrs técnicas como rebozados, frituras, etc.
Además, siempre te puedes ayudar de los 'mágicos' condimentos para 'alegrar' tus platos: hierbas aromáticas frescas o secas y todo tipo de especias le darán sabores deliciosos a tus platos.
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Si tan solo estas pensando en un triste hervido o en recetas a la plancha dentro del apartado de técnicas de cocina saludables, amplía tus miras ¡porque hay muchas más! Existen numerosos procedimientos culinarios con los que obtendremos deliciosos platos ricos en sabor y bajos en calorías con los que cuidar nuestra línea y nuestra salud. ¿Quieres saber cuáles son? ¡Vamos a ello!