Chenoa

Su pasión -la música y todas las emociones que es posible transmitir a través de una canción- es compartida por muchos de los miembros de su familia. Su abuela cantaba; y sus padres son músicos profesionales dedicados a dar un poco de vida a las veladas de muchos hoteles de Mallorca. Precisamente, la primera vez que Chenoa subió a un escenario lo hizo en uno de esos hoteles. Era Navidad y el público sentía curiosidad por saber cómo cantaba aquella niña que seguía atenta las inflexiones de voz y los ademanes de sus progenitores. Ella no dudó en tomar el micrófono e invitar a todos a seguir los acordes de White Christmas. Tenía doce años y una vocación muy marcada.

A los 16 años ya comenzó a dedicarse a la música de manera profesional. Sin embargo, no abandonó los estudios y se diplomó en educación infantil. Pero su pasión la empujaba a trabajar sin descanso por descubrir todas las posibilidades que se escondían detrás de su voz.

Cuando entró en la Academia de Operación Triunfo no dudó en decirlo bien claro: ella había currado mucho para conseguir vivir de la música. Y algo era cierto: se comía el escenario en cada actuación. Tenía tablas y un estilo predefinido marcado por la fuerza y el coraje. No obstante, a Chenoa no se le olvidó que la Academia era una oportunidad para darse a conocer pero también un privilegio por contar con profesores que la harían crecer como cantante... y compañeros que la harían descubrir su parte más sensible.

Llegó a enamorarse dentro del reality de otro de los grandes de nuestro panorama musical, David Bisbal, pero prefirieron guardar el ‘secreto’ delante de las cámaras. Y aunque escondían su incipiente amor, la complicidad y la pasión se palpaba en el ambiente.

Sus carreras musicales alzaban el vuelo y su amor se consolidó tras las paredes de la residencia que adquirieron en Barcelona. Eran envidiados y queridos al mismo tiempo y ambos comenzaban a llenar sus agendas con aquello que más les gustaba, cantar.

Los viajes, la fama, el desarrollo de sus vidas de manera paralela, hicieron que el amor entre la pareja se fuera desgastando hasta que acabó rompiéndose en marzo de 2005. Bisbal cruzó el Atlántico y volvió a encontrar el amor en los brazos de la diseñadora de joyas Elena Tablada, a la que conoció en Miami.

Chenoa, quien pasó una mala racha tras su ruptura con David, continuó cumpliendo con sus compromisos profesionales y disfrutando de su éxito. En noviembre del año de su desengaño sentimental, la cantante volvió a confiar en el amor y comenzó a salir con el actor Alex González ('Motivos personales') con el que mantuvo un noviazgo de algo más de un año. Tras romper con el actor Alex González, Chenoa se dedicó unos meses a disfrutar de su soltería hasta que fue vista por las calles de Miami paseando en cariñosa actitud con un joven de pelo largo y barba de varios días, del que nunca se supo más.

Con siete discos en el mercado y una carrera muy consolidada a la vez que valorada, Chenoa sigue enfrentándose a la vida con una sonrisa y un ‘micro’ entre las manos. Su primer disco Chenoa salió al mercado en el 2002 y empujado por su primer sencillo Atrévete obtuvo dos nominaciones a los Premios Amigo que le dieron fuerzas y seguridad para sacar su segundo disco Mis Canciones Preferidas en las que recogió sus fuentes de inspiración. Su tercer disco, Soy Mujer, la dio el empujón que necesitaba y tras 250.000 copias vendidas, la mallorquina de adopción dio un gran bocado al mundo. Le siguieron Nada es igual en el 2005, Contigo donde estés en el 2006, Absurda Cenicienta en 2007 y su último disco, Desafiando la gravedad en el 2009 con el que consiguió colarse en los primeros puestos de las listas a las pocas horas de salir a la venta.


Chenoa, nacida en Argentina pero residente desde los ocho años en Palma de Mallorca, no ha hecho sino comenzar una nueva fase en su vida y en su carrera: la de ser reconocida en muchos rincones del mundo como una cantante con un potencial arrollador con mucho interior aún por descubrir.