Si tienes el pelo rizado, lávalo así para evitar el encrespamiento en otoño

Desde dónde debes aplicar el champú hasta la importancia de un secado correcto

Por Mariana Chacón

Los expertos coinciden en que el otoño es una estación crítica para el pelo que vive un proceso de renovación lo cual se traduce en una menor luminosidad y problemas de caída. El primer caso se puede solucionar con las mechas que reducen el daño en la melena por obra y gracia de las fórmulas enriquecidas con el complejo "plex" de acción protectora mientras que como seguro anticaída, completar la dieta con nutrientes que "dan de comer" a los mechones y seguir los consejos de los peluqueros para que crezcan sanos y fuertes es la clave para aumentar tanto la longitud como su densidad. Aunque en general todos estos trucos funcionan igual de bien sobre cualquier tipo de cabello, el rizado necesita un mimo extra para combatir la deshidratación y encrespamiento típicos de la época. Aunque productos como los aceites de argán para el pelo pueden ser altamente recomendables para devolver al cabello la hidratación, como punto de partida para lucir unos bucles elásticos y bonitos, el lavado juega un papel fundamental tal y como avisan los que más saben de rizos. 

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El pelo rizado está de plena tendencia esta temporada y los especialistas lo confirman alegando que las mujeres han aprendido a amar sus bucles en lugar de alisarlos plancha en mano como se venía haciendo hasta ahora: "Hay una mayor tendencia en buscar la naturalidad del cabello. La consumidora, cuyo cabello tiene forma, gesto o rizo, ha aprendido a potenciar su imagen natural y dejar de luchar 'contra natura'", apunta Daniel Flores Salas, del equipo creativo de los salones Raffel Pages. Eso sí, el experto avisa de que en sus centros "recomendamos siempre una muy buena hidratación a través de muy buenos productos de cosmética capilar… y es que, los cabellos rizados siempre están faltos de hidratación (agua). Con ello se evitará que el rizado sea un cabello frágil y de fácil encrespamiento". Para sacar el máximo partido de estas fórmulas específicas, el lavado es una fase crucial del ritual de cuidado y estos son los trucos con los que notar un antes y un después (a mejor). 

1. El paso previo que potencia la hidratación

Aunque el verano quede ya muy lejos, los estragos que el sol, la sal o el cloro causan en el pelo todavía se notan en otoño y las que tienen el pelo rizado lo experimentan en forma de deshidratación y aspereza al tacto. Es por ello que la rutina prelavado toma especial importancia como escudo contra el daño y Diana Montesinos, creadora de la marca Rulls, señala el gesto que marca la diferencia en términos de elasticidad y nutrición: "Hazte con un buen aceite y aplícalo de raíces a puntas durante la noche de antes de lavar el pelo. Al contrario de lo que pueda parecernos, el aceite no sólo va a ayudar a hidratar tu pelo sino que también va a ayudarlo a regenerarse, desintoxicarse y devolverle el brillo perdido", asegura la experta, quien recomienda el Hair Oil de Rulls a base de óleos de girasol, coco y ricino. 

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2. Invertir la aplicación de la mascarilla

Además de poner en práctica el ritual de nutrición nocturno el día antes de lavarlo, Montesinos tiene otro truco que aumenta la acción de los productos de hidratación profunda: "También puedes hacerte con una buena mascarilla y aplicarla un buen rato antes del lavado regularmente hasta que notes que tu pelo vuelve a ser el que era. ¡Ten cuidado de no abusar de estos productos y sobrehidratar tu pelo!". Como seguro para evitar el problema del que avisa la experta, confiar en fórmulas específicamente creadas para cabellos finos y debilitados, como suele ser el caso del rizado, es clave y algunas opciones son la Mascarilla Hidratante Ultraligera de Moroccanoil, enriquecida con aceite de argán, o Perfect hair Day Weightless Mask de Living Proof, de formulación ligera y acabado manejable. 

3. El champú, solo en las raíces

"Es importante que a la hora de usar un champú lo apliques únicamente en las raíces y masajees circularmente el cuero cabelludo ayudándote de las yemas de los dedos", aconseja la fundadora de Rulls sobre el método que impide que los agentes lavantes del producto resequen demasiado las puntas, que se limpian con los restos de espuma que caen por la zona de los largos. Como recomendación, la experta añade otro consejo: "Usa un champú suave sin sulfatos ni siliconas pero que limpie en profundidad (como el Shampoo Bar de la marca) y recuerda no frotar el pelo entre sí para evitar roturas. Una vez limpio, acláralo con agua templada".

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4. Secado a baja temperatura

La misma importancia tiene la manera en la que lavas el cabello rizado como el modo en que lo secas: "Elige toallas 100% de algodón y de buen gramaje y seca siempre mediante toques, nunca frotando. Si lo haces, estás, directamente, encrespándolo. Además, la fricción levanta la cutícula y hará que el cabello sea susceptible de sufrir daños", advierte Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez. Y para las que nunca prescinden de las herramientas de calor, sobre todo cuando comienza el frío, Diana Montesinos recuerda que "el calor no es bueno para nuestro pelo. Siempre que uses secador, deberás hacerlo con la temperatura y la potencia muy bajas, con ello evitarás la aparición del temido frizz y que el rizo se deshaga".