ALCÚDIA
Alcúdia es la localidad que da nombre a la bahía. Un recorrido por sus calles y su muralla -que tiene un perímetro de 1,5 km y una altura media de 6 metros- dan una idea más aproximada de lo que ha sido este fortín del Mediterráneo y porqué fenicios, romanos, musulmanes y piratas la han querido siempre echar el ojo.
Hay que patear sus callejuelas, admirar sus casals o casas señoriales y entrar en la iglesia de Sant Jaume, que un principio formaba parte del sistema defensivo de la ciudad. Junto a ella se puede contemplar la capilla del Santo Cristo, del siglo XV, y, en el museo parroquial, el retablo de la Virgen con San Sebastián y San Bernardino, del mismo siglo.
Fuera de las murallas, pero a pocos metros, están las ruinas de la ciudad romana de Pollentia, que conserva la fisonomía de entonces: con el anfiteatro excavado en la roca, una calle porticada y distintas construcciones de carácter civil.
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