Su simpatía, su naturalidad, su interés y su nueva indumentaria, todo hay que decirlo, han convertido a Mary de Dinamarca en la reina de África durante un viaje de trabajo a Kenia, que se centraba en la igualdad de género de las mujeres en el extranjero. Su visita se había mantenido en secreto debido a la amenaza terrorista en el país, pero su recibimiento no pudo ser más notorio. Muchos lugareños se desplazaron a la pista de aterrizaje de Kalama y se aseguraron de que la Princesa heredera, la Ministra de Desarrollo, Ulla Tørnæs, y los demás miembros de la delegación danesa se sintieran muy bienvenidos desde el principio.

La princesa Mary, que vistió a su llegada una blusa sahariana de color azul, un pantalón pitillo beis y unas zapatillas de deporte a tono, se reunió con las mujeres de una comunidad del norte de Kenia que habían puesto en marcha pequeñas empresas sostenibles con la ayuda de proyectos de cooperación danesa. Los derechos de las mujeres y su empoderamiento financiero centran la visita de la Heredera al país africano.

Mary de Dinamarca llegó como Princesa europea, pero poco tiempo después mudó en la reina de África luciendo con orgullo los coloridos collares de abalorios y las tradicionales prendas kenianas que le obsequiaron durante su encuentro. La Princesa, siempre dispuesta, aceptó de buena gana y mejor humor el primer cambio de ropa de su visita con la inestimable ayuda de las mujeres del lugar.

La Princesa y la Ministra posaron para la prensa con la tradicional indumentaria keniana.

La princesa Mary, que recientemente obtuvo un premio por el apasionado discurso dedicado a su marido durante la celebración de su 50º cumpleaños, emprende esta visita de trabajo en solitario, mientras el príncipe Federico cumple con su agenda oficial en Dinamarca, donde ejercerá la regencia en los primeros días de diciembre. Si bien circulan rumores de crisis en el matrimonio, las salidas conjuntas de la pareja real, previas a este viaje a Kenia, desmienten sin palabras tales comentarios.

La princesa Mary, que ha vestido unos cuantos atuendos tradicionales de sus destinos oficiales por el mundo (lo mismo en África que en Groenlandia), declaró sentirse mejor vestida en la zona de Kalama con el típico traje keniano. Ya se sabe que donde fueres, ponte lo que vieres.

La bella Princesa se coronó con una típica diadema de la cultura local.

La princesa Mary y la delegación danesa en uno de sus desplazamientos a pie por la zona del norte de Kenia.

Mary de Dinamarca tenía particular interés en viajar al norte de Kenia, que se ha caracterizado durante mucho tiempo por su inestabilidad. La Princesa, especialmente comprometida con la causa del empoderamiento de la mujer, fue testigo directo de lo difícil que resulta la vida a muchas de estas mujeres, que todavía carecen de los mismos derechos que los hombres.

La princesa Mary y la Ministra de Desarrollo, Ulla Tørnæs, ambas vestidas con los trajes tradicionales, participaron en una mesa redonda donde escucharon las duras historias de las mujeres keniatas.

Asoma al rostro de Mary de Dinamarca su preocupación al escuchar los testimonios de las desfavorecidas mujeres keniatas.