Valeria Mazza: 'Tenemos que querer al reflejo del espejo y la moda puede ayudarnos'

De supermodelo a mamá, empresaria y diseñadora, hablamos con la 'top' argentina sobre el lanzamiento de su nueva colección de complementos para Starlite Shop

Por Amaia León

Su historia empezó como la de tantas modelos: fue descubierta con solo 14 años y tuvo que cambiar muy joven su Rosario natal por la capital, Buenos Aires, para trabajar. Sin embargo, más de tres décadas en el mundo de la moda han demostrado que la de Valeria Mazza no es una carrera de maniquí al uso, y no solo porque la argentina fuera la única latina dentro del selecto club de las supermodelo de los años 90. Tras esa época dorada y gracias a las puertas que le abrió, Valeria ha sabido reinventarse una y otra vez.

Empresaria, presentadora, embajadora de causas benéficas, directora del Programa Universitario de Modelo Profesional de la Universidad de Palermo... Y, ahora, creadora de Valeria Mazza Design, una completísima colección de complementos que llega a España y México a través de Starlite Shop, la plataforma para la que también han diseñado Alejandro Sanz, Antonio Banderas y Naomi Campbell. Bolsos, carteras, gafas de sol, fundas para el móvil y lacas de uñas marcados con el sello de la modelo: una 'V' elagante, clásica y femenina, una perfecta síntesis de su estilo. Con motivo del lanzamiento de esta línea, ya disponible en la tienda online de Starlite y en sus espacios de El Corte Inglés, hablamos con Valeria Mazza sobre su polifacético currículum, pero también sobre el que es su verdadero sueño hecho realidad: los cuatro hijos que tiene con Alejandro Gravier, su marido desde hace veinte años.

Valeria Mazza Design incluye bolsos, gafas de sol, carteras, lacas de uñas... ¿Por qué decidiste diseñar complementos y no ropa o cualquier otra cosa?
Porque para mí la diferencia la hacen los detalles y los complementos son los detalles del look. Es ahí donde una mejor puede demostrar su personalidad. Yo tengo un estilo clásico y elegante, pero me gusta jugar con los complementos para ponerle el touch. Por otro lado, también está relacionado con que yo viajo mucho y estoy acostumbrada a vestir de valija, donde no tienes tantas opciones. Por ejemplo, visto mucho con vestidito negro, una prenda que, dependiendo de los accesorios, puedes usar tanto de día como de noche. Con los zapatos, el bolso o las gafas, un look se reinventa. Por eso quise hacer accesorios, para darles la oportunidad a las mujeres de jugar con ellos para crear su propio estilismo.

¿Qué tipo de mujer te gustaría que llevara tus diseños?
Yo siempre he trabajado para las mujeres en general, sin discriminar a ningún tipo de mujer. Toda mi carrera la he hecho pensando en todas ellas. Eso sí, si tengo que elegir, me gusta la mujer audaz. La que se atreve a jugar con la moda y no a sufrirla, porque a veces las mujeres tendemos a hacer esto último. La mujer audaz usa la moda a su piacere, a su placer. Es una mujer activa que, como yo, es profesional, es mamá, es amiga, es mujer… Y le gusta estar bien y verse bien porque, para mí, sentirte cómoda con el reflejo del espejo te empodera.

Hoy las mujeres tenemos la presión de hacerlo todo y hacerlo bien…
Pero es una presión que nos ponemos nosotras, yo creo. Más que verlo como una presión, lo veo como una cualidad, una capacidad que tenemos las mujeres: somos multifacéticas. Tenemos esa capacidad de estar haciendo una cosa y pensando en otra, mientras hablamos de una tercera. Y bueno, nos diversificamos entre nuestra casa, nuestros hijos, nuestro marido, nuestras amigas, que son muy importantes también, nuestra profesión… Y nos vamos adaptando a lo largo del día para estar bien en cada situación. Ahí es donde tenemos que jugar con la moda y que esta sea nuestro aliado.

¿Cómo te amoldas tú a estos distintos papeles?
Por ejemplo, a lo mejor salgo de casa por la mañana para ir a una reunión. Después, igual tengo un evento en el que me tengo que exponer y entonces, en el coche, me cambio los zapatos, me pongo tacones, y algún accesorio más. Más tarde, voy al colegio a buscar a los niños, así que me quito los tacones y el maquillaje, me pongo las gafas de sol… Me voy transformando.

Necesitarás un bolso inmenso… ¿Qué es lo que nunca falta en él?
Siempre llevo gafas de sol, tacones y zapatos bajos. Y también una goma de pelo, porque me pienso que cuando me recojo el cabello, la gente ya no me reconoce. La verdad es que no me funciona mucho (se ríe), pero siento que cuando me recojo el cabello, me pongo las gafas y me quito los tacones, cambio. También llevo siempre algo de ‘make up’: máscara, gloss… Y perfume, porque siento que da el toque final, es la última inspiración. Como “la frutilla de la torta”. Ahora, además, estamos creando un perfume para mi línea de Valeria Mazza Design con Starlite que saldrá muy pronto.

¿Cómo ha sido la experiencia de diseñar una colección completa?
Desde hace años tengo una línea de gafas de sol en Argentina y ya había hecho colecciones cápsula para otras firmas. La verdad es que me gusta diseñar porque me gusta mucho el trabajo en equipo. Yo soy la inspiradora de la marca y trabajamos en equipo, cada uno con su función. Pero es fundamental que el espíritu Valeria esté en cada pieza y en cada detalle porque la clienta quiere ver qué elijo yo, así que debe reflejar mi personalidad y mis gustos.

¿En qué partes del proceso creativo intervienes?
En todo, desde el inicio, cuando empezamos a pensar en colores, materiales, formas y tendencias. A lo largo de varias reuniones vamos eligiendo modelos y descartando otros. Es muy divertido porque es como armar un rompecabezas, vas juntando piezas. También he participado en el diseño del packaging y del logo, que es una ‘V’, un detalle que me parece lindo y femenino y que está en todas las piezas.

A lo largo de tu carrera has trabajado con los mejores diseñadores, ¿sientes que aprendiste algo de ellos que ahora pones en práctica en tus propios diseños?
Sí. Trabajar con ellos me ha enseñado muchísimo sobre las diferentes formas de trabajo y, sobre todo, a transmitir una pasión y a crear en equipo. Eso me parece fundamental.

¿Echas algo de menos de aquella época de las supermodelos?
No… Me parece que fue una etapa. Yo sigo sintiéndome modelo, pero si nos referimos a los años 90, en los que yo vivía viajando, de desfile en desfile, no echo nada de menos. La vida tiene diferentes etapas y esa fue una maravillosa y divertida. Pero también una etapa de mucha soledad, siempre estaba de aquí para allá y vivía en hoteles. Fue muy divertida, pero fue una etapa más y ahora no podría repetirla. Ahora estoy en otra etapa de mi vida, soy madre y tengo familia, y no podría seguir ese ritmo.

¿Eres más feliz ahora?
Yo de chica siempre me soñaba en esta etapa, no sé por qué. Siempre me imagina con mi falda lápiz y mis tacones, y de la mano con mis niños. Me veía así. Y en cambio nunca soñé con ser modelo o ser famosa. Entonces siento que [con mi carrera de modelo] la vida me dio una oportunidad que intenté aprovechar al máximo y que, después, la popularidad dentro de la moda me abrió diferentes puertas que he probado y me he ido reinventando en otros ámbitos. Hoy disfruto mucho de eso. Pero yo siento que todo el mundo me reconoce como modelo, tengo el cartel de modelo en la frente y lo llevo con mucha honra y dignidad. No reniego de esa época porque me dio la oportunidad de hacer todo lo que hago hoy: mi marca, mi trabajo en la Universidad de Palermo (donde es directora de cátedra)… Me voy diversificando.

¿Qué opinas de las instamodelos de hoy? ¿Pueden considerarse las sucesoras de las supermodelos?
Cada época tiene lo suyo y la moda ha cambiado. Cuando nacieron las supermodelos, “la moda estaba de moda”. Las modelos empezamos a ocupar otros terrenos en los que nunca habíamos estado. Salimos de la pasarela para estar en el mundo de la música, el cine… Hoy el mundo va por otro lado. El tema de la imagen es muy diferente, está más diversificado: es normal que un futbolista salga en la portada de las revistas de moda. También el mundo de la comunicación y de las redes sociales hace que la moda sea distinta. Antes existía una magia diferente, una idealización de las modelos que hoy se ha perdido porque la gente expone tanto su vida a través de las redes sociales que sabes cómo se levantaron, cómo durmieron, cómo hacen gimnasia. No te queda nada que idealizar. Pero es el mundo en el que vivimos. Ni mejor, ni peor, solo distinto. La vida ha cambiado. Si hace 20 años decías que una revista iba a ser solo digital, parecía algo increíble, y hoy estamos alejándonos cada vez más del papel. Y uno tiene que ir adaptándose.

¿Cómo te has adaptado tú a esta nueva situación?
Yo tengo mis redes sociales, Twitter e Instagram, pero no comparto todo. No pongo cosas muy personales porque pienso “¿a quién puede importarle que yo esté en el gimnasio?”. Solo comparto momentos importantes de mi vida o aquello que me parece divertido. Comparto determinadas cosas porque la gente, en estos 27 años en el mundo de la moda, ha vivido mi crecimiento, mi boda, el nacimiento de cada uno de mis hijos, cada uno de mis proyectos. Por eso quiero hacerles partícipes de la felicidad que tengo, por ejemplo, cuando es mi cumpleaños y estoy rodeada de mi familia, o en otras situaciones determinadas… Pero no podría registrar cada minuto de mi vida. Y me asusta mucho hasta dónde es capaz de mostrar la juventud por conseguir un like. Mis hijos sí utilizan Instagram, pero muy poco. En nuestra casa no somos muy tecnológicos. Los niños nunca han tendido consolas, son más de hacer deporte.

¿Qué dicen tus hijos cuando ven tus fotos de los años 90 o tus vídeos desfilando en la pasarela?
Para ellos es algo normal, soy su mamá, no su mamá famosa. En su entorno, yo siempre soy “la mamá de”, no Valeria Mazza modelo, y es un papel que me encanta. Además, han crecido en este mundo, en el 'backstage', entre maquillaje y cerca de una cámara de fotos. La que más lo ha disfrutado ha sido la niña, pero para los niños es algo más de su vida.

Tu hija, Taína, debutó posando en el especial 'Niños' de ¡HOLA!. ¿Te gustaría que siguiera tus pasos?
A ella le encanta y ha hecho fotos, pero dice que no va a ser modelo, que va a ser artista. Tampoco sé muy bien qué quiere decir con eso. Ella dibuja, canta, baila... Veremos. Todavía es muy pequeña, acaba de cumplir diez años. Por ahora es un juego y lo disfruta, y ya veremos el día de mañana qué es lo quiere hacer.

Para ti también sería un juego cuando empezaste, ¿no?
Claro, yo nunca lo pensé como un trabajo. Empecé a los 14 años y era un juego. Hasta que me di cuenta de que podía ser una actividad laboral y le puse algunas 'fichas' para que se convirtiera en ello.

Si hubieras podido darte un consejo entonces, algo que has aprendido con los años, ¿qué te hubieras dicho?
Cuando empiezas tan joven, hay muchas cosas que aprendes con el tiempo. Por ejemplo, a no prejuzgar. Esa fue una de las primeras lecciones que aprendí al viajar tanto. Cada uno es diferente por el lugar en el que ha nacido, por cómo le han criado... Eso nos hace distintos y hace que tengamos diferentes opiniones. Pero en eso está la riqueza. Y también me diría que con sacrificio, las cosas vienen. A la larga, el sacrificio mata al talento. Al final hay gente que es muy talentosa, pero como no tiene que esforzarse tanto porque ya tiene talento... En cambio, hay otras personas que se esfuerzan y se esfuerzan, y son las que terminan ganando.

¿Qué lección te gustaría que tus hijos aprendieran de ti?
Lo primero, que no estén esperando la aprobación de los demás. Uno tiene que estar seguro y contento con cómo es y con su imagen. Tú tienes que ser tu crítico más exigente, pero tampoco castigarte. Yo soy exigente conmigo y con mi trabajo, pero también disfruto de la vida. Me cuido y tengo una vida sana, pero no hago una dieta súper estricta ni voy todos los días al gimnasio. Tienes que ser amigable con tu imagen y no puedes estar pendiente de todo lo que dicen los otros porque no puedes vivir para satisfacer a los demás. Uno tiene que vivir haciendo lo que le hace feliz. Como madre, siempre digo que quiero que mis hijos encuentren su pasión y puedan vivir haciéndolo.

Dices que no haces dieta, ¿cómo te mantienes en forma?
En general trato de tener una alimentación sana. Pero eso no quiere decir que si me apetece darme un gusto, no me lo dé. Eso para mí ya es cuidarme, porque si no comería todos los días de todo y no lo hago (se ríe). Por otro lado, yo soy de hacer mucho deporte: vamos a esquiar muchas veces al año; juego al tenis 3 o 4 veces por semana en Buenos Aires, donde vivo; salgo a correr, voy al gimnasio... Me gusta la actividad física.

¿Y cómo te cuidas la piel?
Uso protector solar todos los días de mi vida, en invierno y verano. A la mañana, te pones la crema hidratante, primero, y después protector solar con color. Yo lo uso así, como una base ligera. Me aplico un poco de máscara, y para el día a día, si no tengo que exponerme por algo de trabajo, ya estoy lista. Me parece que cuanto más joven empieces a utilizar protector y a cuidarte, más lo agradecerás cuando seas mayor. Una no puede empezar a cuidarse a los 40, hay que hacerlo antes.

¿Qué significa para ti cuidarse?
Utilizar protector solar, hidratarla bien, cuidar qué consumimos porque todo se refleja en la piel... Y en realidad cuidarse no es gran cosa. Es, por ejemplo, no irte a dormir con maquillaje, usar una buena crema hidratante, ir 3 o 4 veces al año a la dermatóloga para que te haga una buena limpieza, un peeling o un tratamiento que te ayude a tener mejor calidad de la piel. Es mimarse. Las mujeres tenemos que encontrar tiempo para nosotras, que a veces se nos va en el torbellino que somos. A menudo, nos olvidamos de nosotras, y tenemos que dedicarnos tiempo. También para arreglar nuestro guardarropa, ir de shopping… Tenemos que querer al reflejo del espejo, y la moda debe ser una aliada para conseguirlo.