Salud

Qué es el síndrome de Cushing, causas, síntomas y tratamiento

No es una enfermedad únicamente de las mascotas, también la padecemos los seres humanos, sin embargo en animales su tratamiento es más complicado.

Por David Navarro

Cuando nos referimos a los posibles problemas de salud que pueden tener las mascotas solemos hablar o bien de parásitos o de problemas congénitos y de la edad, sin embargo existen otras enfermedades bastante comunes y que implican un riesgo importante para su calidad de vida. Ese es el caso del síndrome de Cushing, que no es específico de los perros, pues los seres humanos también la padecemos, y en menor medida los gatos.

Los síntomas del cushing  se hacen evidentes con el crecimiento de la tripa del perro, eso ocurre en parte porque bebe muchos más líquidos y come casi cualquier cosa que tiene delante. Lo que percibimos a priori en el perro es que su percepción de saciedad deja de existir casi por completo y todo aquel bocado o bebida que esté a su alcance la ingerirá con enorme voracidad.

Síntomas que se hacen evidentes

A la enfermedad o síndrome de Cushing también se le conoce en ámbitos profesionales como hiperadrenocorticismo, es una cuestión hormonal. El organismo produce demasiado cortisol, que es también llamada coloquialmente como la hormona del estrés, producida por las glándulas suprarrenales. Aunque solemos referimos a ella como una hormona que tiene efectos negativos en nuestro organismo, lo cierto es que en su justa medida es beneficiosa, pues es un interruptor que nos facilita tomar decisiones que nos permiten adaptarnos a las situaciones de estrés, y esto ocurre tanto en animales como en seres humanos. Pero una cantidad excesiva en el organismo produce una alteración de la conducta y efectos negativos en la salud.

Otro de los síntomas del síndrome de Cushing es la pérdida de pelo, que se debe fundamentalmente al desequilibrio hormonal del animal, pero que se acrecienta en la zona del abdomen, pues al crecer en muy poco tiempo la piel de esa zona se vuelve más delicada, y en el caso de los perros el pelaje puede presentar pérdidas visibles. Además, la piel se resiente en toda su extensión, pierde inmunidad y puede presentar infecciones recurrentes.

La apariencia del perro será más gruesa, y este es un efecto que no se hará esperar, su ‘abotargamiento’ es rápido. El perro bebe mucho y come en demasía, esto produce en él un aspecto hinchado, y le empuja a hacer sus necesidades más de continuo, y dado que pasa mucho tiempo haciendo digestiones y está cogiendo peso, se siente más cansado: jadea más y deja de sentirse activo para tener actividades lúdicas o físicas, lo que propicia que se le perciba cansado.

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Cómo detectar la enfermedad

Para saber a ciencia cierta que nuestro perro o gato padece el síndrome de Cushing es necesario acudir al veterinario, por medio de un análisis de sangre se podrá determinar si se trata de este síndrome y podrá diferenciar entre varios tipos, bien hipófisis o por un tumor en una de la glándulas suprarrenales. Otro método de diagnóstico que en ocasiones es complementario sería ayudarse de un sistema de ultrasonidos.

Alrededor del 85% de los casos de cushing se denominan hipófiso-dependientes, lo que significa que el can padece de un tumor en la pituitaria, que es una glándula que está en la base del cerebro, y este afecta a la fabricación de varias hormonas no solo del cortisol. Lo que hace este tumor es una reacción en cadena, pues por su situación estimula una mayor producción de la hormona adrenocorticotropa (ACTH) y ésta a su vez, tras viajar por el torrente sanguíneo, produce una estimulación de las glándulas suprarrenales que son las que elevan la producción de cortisol.

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Soluciones o tratamiento para el cushing

Dado que ambos tipos de cushing están relacionados con un tumor, bien sea en la pituitaria o en las glándulas suprarrenales, la única forma de paliar esta enfermedad es extirparlo, sin embargo en perros una cirugía de este tipo no siempre está disponible, y en el caso concreto de los tumores hipofisarios todavía es una práctica que está en desarrollo.

Por lo general, los perros que padecen cushing lo arrastrarán por el resto de su vida, sin embargo éste hecho se palía con medicamentos, un veterinario deberá de controlar su estado y reacción a los fármacos de forma continuada, para lo que habrá que someter al animal a análisis de sangre más o menos continuos que indiquen por un lado su reacción a los medicamentos (para regular la dosis), y también si el tumor pudiera haber crecido o extendido.

Estos medicamentos específicamente dirigidos a perros con cushing tienen algunas incompatibilidades con otras circunstancias de salud del animal, por ejemplo, una hembra que esté en cinta no podría tomarlos sin riesgo para su camada. Por otro lado, si tiene afecciones cardiacas que están siendo medicadas puede que ambos tratamientos sean incompatibles. Y por último, si el perro padece una enfermedad hepática o insuficiencia renal, si su cushing es de tipo suprarrenal tampoco podrá medicarse.

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