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Belén Esteban sigue al pie del cañón tras ausentarse durante un tiempo de la pequeña pantalla por motivos de salud. "Necesitaba hacerme unas pruebas médicas porque me van a poner una bomba de insulina. Es un pequeño dispositivo, como si fuera un móvil, que tendré que llevar siempre conmigo junto a la tripa y que a través de un catéter me irá administrando insulina continuamente, durante 24 horas al día", declaró recientemente. Pues bien, ese día ha llegado y la colaboradora de Sálvame ha mostrado orgullosa su bomba de insulina. "Yo no miento, aquí tienen ustedes mi bomba de insulina", dijo a los espectadores. "Ahora mismo tengo suero, porque hay que probar, y ya el miércoles que viene me ponen la insulina", explicó. Tras dar las gracias a todo su equipo médico, expresó su deseo de que algún día "todas las personas diabéticas puedan llevar una".
La colaboradora ya está totalmente recuperada del accidente doméstico que sufrió la semana pasada. "Me he quemado con el horno cocinando patatas con cebolla", contó al acudir al programa con un apósito en su mano izquierda. "Trabajo y soy ama de casa también, como mucha gente", aclaró. Belén, de 44 años, ha renovado su contrato con la productora de Sálvame, La Fábrica de la Tele, con las mismas condiciones económicas que tenía en 2017, de acuerdo a la información publicada por Mediaset. Se desmiente así los rumores que aseguraban que los directores del programa estaban planteándose bajarle el sueldo.
La colaboradora está viviendo una feliz etapa, a pesar de sus polémicos enfrentamientos en Sálvame. Uno de sus mayores deseos sería casarse con Miguel, con quien lleva saliendo desde principios de 2014. "Me quiero casar por la iglesia, pero si no se puede, no pasa nada. Preparo una boda muy bonita por lo civil y ya está", dijo en una ocasión. "Tengo a mi lado a alguien que me quiere y me cuida. Miguel me ha enseñado a ser feliz y me encantaría que estuviéramos juntos siempre, le pese a quien le pese", concluyó.
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